hablaba de
algo que había sucedido.
En mi casa , si bien no se festejaba nada
y no había luces de colores, ni
champagne, había un gran alivio de que algo dañino y perjudicial se había
terminado para siempre.
Paso el tiempo, llego setiembre del 55, la Revolución Libertadora “decían” y ahí
sí escuchaba voces de jolgorio, de alegría y el famoso “no lo dejen escapar!!”
”se va en la cañonera”!! .
Me habían sacado de la escuela a media mañana, se
había acumulado comida por si se resistía y venia la guerra entre civiles y
militares.
Seguía sin entender, tuvieron que pasar
30 años. Con la llegada de la Democracia, empecé a enterarme tibiamente lo que en esas
oportunidades había sucedido.
El primer acontecimiento “la muerte de EVA” el segundo “El
derrocamiento de un gobierno elegido en la urna”.
El resto de la historia se decantaba por
si sola, golpes militares, derrocamientos, muertos, represión, desaparecidos, en fin lo ya sabido.
Sin darme cuenta, me fui viendo que si EVITA VIVIERA el país seria otro, las
mujeres no hubiéramos tardado tanto en usufructuar nuestros derechos.
El cupo femenino no se hubiera
interrumpido y si hoy con mas de 90 años estuviera acá, por un lado estaría
orgullosa de haber tenido dos veces mujeres al mando de la Republica, por otro
ya hubiera pegado cuatro gritos y seguro que el país no estaría como esta.
No le gustaban los oligarcas, pero
tampoco los garcas.
Entendió que la “beneficencia” da lo que
te sobra y no lo que necesitas.
Le mostraba al mundo que se podía disfrutar
de los mejores placeres, aun trabajando arrodilladla contra el respaldo de una
silla , por las madrugadas en su
fundación, por que sus dolores no le permitían sentarse.
Al fin entendí el velatorio mas largo y mas llorado del
mundo. Porque en muchas casas de pocos y medianos ingresos, había escondido un
altarcito con velas y cruces , como si fuera una santa, a la que se le pedía de
todo, desde el novio hasta el trabajo.
Porque se le hizo una opera, porque en su
bóveda siempre hay flores frescas y turistas sacándose fotos bajo su busto. Por
que Madrid le dedico un parque.
Porque no se necesito obligar a la
mayoría a usar el crespón negro en la solapa o el brazo, uso común en esos
años, cuando fallecía un familiar.
Porque nunca se le perdonó que fuera bastarda y que en su salto del barro al asfalto pudiera
indicar a la alta sociedad como tratar a sus servidores.
Porque no se le dispenso que se vistiera de estrella de Hollywood , y se
metiera en los andurriales a levantar en
brazos niños malolientes y mocosos.
Porque te rompían los libros,
arrancándole las hojas donde había algo que aunque todavía no sabia leer, no
debías ver.
En fin, tuvieron que pasar 30 años para
conocerla y 30 mas para convertirme en Evitista…
Mediando ya la primer década del nuevo
siglo, llego a mis manos “La Razón de mi Vida” en una versión arrumbada ,
apolillada por los años, versión que recupere, leí y conservo, como un preciado
trofeo de una época en que no entendía por que había gente que se ponía de buen
humor porque alguien en algún sitio, se moría..
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